Cuando escribir se convierte en sueño,
Y salto a otro plano y el tiempo se acorta y el hambre desaparece... y también la sed.
Si fuese escritor saldría del mundo. Mi buzón estaría en otro sitio y yo pasaría la vida dentro de mi cabeza ;
tejiendo.
Quizás moriría, seco -pienso- como mueren en las barras de bar los sedientos.
Quizas, las miradras vidrosas de los ciegos,
quizas sus balbuceos.
Y ¡ojalá! Sus silencios...
La vida escribiendo.
¡Es necesidad del hambriento!
En las letras, en su centro,
Caminar por el campo de muertos
Adoro escribir ¡Quiero esa vida!
... y un gato sobre el escritorio que ronronea junto a una taza de té blanco.
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