dijous, 21 de desembre del 2017

Un fantasma - Chapter 2



El otro día, en este mismo blog y con el título: “Un Fantasma”, os escribía la historia de Sebástian; el tipo que se encontró,  bajo el árbol de Navidad, a una amante que murió hacía años. Y no es que se hubiese encontrado los restos de un cadáver: Había recibido la visita del fantasma de su antiguo amor. 
La historia de Sebástian continúa:
*    *    *

Antes de acudir al salón y descubrir los regalos que había bajo el árbol, Sebastián y su esposa se sentaron en la biblioteca. Tenían claro que aquella aparición era inesperada e indeseada pero, por su naturaleza, no podían obviarla. Debían encontrar juntos los mecanismos para que no se tambalease su relación y para ello Sebástian se vio en la necesidad de tener que exponer a su esposa todos sus sentimientos de la manera más clara que sabía. Con un lenguaje sin ambigüedades.

El hecho era que la presencia en el salón era emocionalmente pesada como una losa. Desde la biblioteca, Sebástian podía hasta percibir el perfume de su amante muerta cuando estaba viva y esto le ponía terriblemente tenso. El principal problema que encontraba era que ella había regresado de las tinieblas del tiempo y que Sebástian se sentía culpable por haberla llevado allí hacía quince años. Porqué fue él quien la rechazó. O eso cree.

El hecho de que su antigua amada fuese un fantasma tenía que ver con decisiones erróneas tomadas y podía provocar que, por encontrarse ante una historia que había terminado mal, las reacciones emocionales se agudizasen. 
Sebástian explicó a su esposa que, a pesar de que había pasado mucho tiempo y que ahora era feliz, era muy difícil que, cuando entrasen en el salón, no se reavivasen tiempos pasados y viejos sentimientos. Que el cuerpo humano, su espíritu, su inconsciente son un puzle del cual se han creado hasta carreras universitarias.

No había además posibilidad de volver a llevarla a las tinieblas del tiempo. Se encontraba en su salón, bajo el árbol de Navidad, y en una posición sólida y legítima. "Nadie cuestiona las decisiones de Papa Noel". Lo siguiente que pensaron fue en tabicar la puerta del comedor y construir otro en otra parte. Pero esta solución no arreglaba el problema. Ella seguiría estando allí y quién sabe si no volvería otras Navidades a plantarse bajo un nuevo árbol. 
Una cosa estaba clara: cuanto más énfasis ponía en sacarse de la cabeza aquella relación fracasada, con más facilidad volvía ésta a sus pensamientos
Sebástian cogió la mano de su esposa. Debía saber que la quería. Saber lo que estaba pasando en su cabeza a cada momento para cuando entrasen en el salón y tuviera la certeza que allá solo había un jodido fantasma. 

La vida en pareja se sustenta en rutinas. La aparición  las rompía.  Con su olor a armario cerrado y sus recuerdos difusos Sebástian temía que pudiese hacerle soñar con el pasado y recordar cómo se sentía en aquél tiempo, quiénes fueron y por lo tanto se le hizo inevitable plantearse quien era él ahora.

Entonces, lo primero que hizo,  fue afrontar la situación desde una perspectiva real. Luego se centró en su familia, en su hogar y en aquello que mató a aquella persona hacía muchos años. 

No iba a engañarse. Es muy difícil cambiar los rasgos de la personalidad, se pueden mejorar actitudes o modos de vincularse pero valía la pena sopesar sus virtudes y defectos y se planteó en si podría llegar a amarla a pesar de oler a naftalina.
La respuesta fue que de ninguna manera. Esto le dio pie a Sebástian para aceptar que compartían un pasado común que él percibía como ideal por su sentimiento de culpa y que lo que realmente pretendía su inconsciente era ajustar cuentas con él mismo. 

Tras meditar este punto logró ver a la persona que había bajo el árbol como las cenizas del fuego de la noche anterior. Se liberó de la madeja de lana que llevaba atascada en la cabeza. Y eso le alivió.

¿Qué hacer, por lo tanto, ante este retorno de lo olvidado?

— Acéptalo tal y como viene, Sebástian. Acepta que pueda provocarte emociones. Comparte tus emociones con tu esposa y céntrate en todo lo que juntos habéis vivido, los ingresos  hospitalarios y pérdidas que habéis sufrido y lo que habéis conseguido, creado y construido juntos. La aparición no ha estado en este proceso. Y aunque  Antonio Gala solía decir que "Los primeros amores siempre están ahí", no decía nada de primeros amores que, regresando de las tinieblas del tiempo, aparecieran en el salón de casa; bajo el árbol de Navidad, dispuestos a compartir de nuevo proyectos contigo.

Y no lo decía porqué realmente ese ahí, en realidad hace referencia a un lugar lejano.



Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada

La primera criatura hecha con piezas de personas fallecidas que gimió en la tierra fue un monstruo literario salido de la mente de Mary...