Mañana me toca revisión al Hospital La Fe de Valencia.
Mañana veré a mi nefróloga de trasplante renal.
Hoy me ha salido un grano.En la sien.
Siempre que toca revisión me sale un grano. También se me acaban las uñas. Las de las manos. Las de los pies y andaros con cuidado, que por estar leyéndome desde detrás de una pantalla no os libráis de mi inquetud desbocada*.
*Nota del traductor: En caso de que a alguien le falten uñas al terminar de leerme, que me lo comente. trataré de devolvérselas.
El día previo a la revisión; a la analítica que debe mostrar como va mi trasplante, yo mismo me revisiono:
— A ver, Igor, ¿Esa tez? ... algo pálida... pero no amarilla. Bueno... y ¿de humor cómo andas?
«grlmb grbla»
Bien, és normal.
«grlmb grbla»
Bien, és normal.
También me toco los tobillos. Busco edemas, esto es, retención de líquidos. Siguen delgados como juncos. Tener edemas en los tobillos me acceleraría el corazón. Esto significaría que a parte de taquicardia seguramente el riñon no estaría eliminando bien el exceso de líquidos.
Luego pienso:
La nefróloga me pedirà como tengo las tensiones. Ya es tarde para tomármela y seguramente, como estoy temblando, saldrá alta. No la tomo y le diré que; "como siempre".
No es mentira, yo no miento. No encuentro el tensiometro desde hace un par de meses. No me he preocupado en buscarlo y ahora me sabe mal. Por lo tanto tendré que decirle: "Como siempre" y no serà mentira... pues siempre lo pierdo.
Cuando no lo pierdo me tomo la tensión. Suele estar en valores correctos.
Si mañana la doctora me toma la tensión porque el "como siempre" no es lo suficientemente empírico, y ésta sale alta, mi tensiometro volverà a aparecer sobre la mesita de noche.
También llevaré orina. De dos categorias. La de primera hora de la mañana y la de 24 horas.
Recoger la de 24 es un circo. Llevo un barril al trabajo y meo dentro.
Mis compañeros pueden ver que mi riñón funciona y yo me siento orgulloso.
Sonrío y saludo . Aunque sin uñas en las manos.
Sonrío y saludo . Aunque sin uñas en las manos.
Es inevitable. Nunca pude no ponerme nervioso antes de unas analíticas.
Es lo que tiene la enfermedad renal:
Es jodidamente silenciosa.
No duele. Forma parte de ti y eso puede provocar que "creas" que estàs bien, però que no lo estés.
Luego, cuando te "curan" (La insuficiencia renal no se cura, se aplican tratamientos sustitutivos), cuando entras en diàlisis o te trasplantan, te das cuenta de lo bien que se està cuando se està bien; cuando el riñón funciona.
Por eso espero estar bien porqué funciona y no llevarme mañana una sorpresa cuando me digan que podría estar mejor.
Nunca estoy preparado para volver a diàlisis... o quizás sí. ¡Qué remedio!
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada